El mundo interior de

Ainhoa Arbizu

Fotografía: Ale Megale 

¿Quién es Ainhoa Arbizu?

La feliz mamá de Leo. Una mujer afortunada que tenía claro desde bien pequeña que lo suyo era el periodismo y la comunicación y que vive de su vocación y pasión desde que tenía 20 años. Una chica – con 44 años me considero joven, muy joven – de Barcelona, del Mediterráneo, que adora pasar tiempo con los suyos, viajar, los documentales, la música indie, las motos, el tenis, la comida japonesa, los atardeceres con una buena copita de vino…  y estar rodeada de personas buenas, trabajadoras, curiosas, positivas y apasionadas.

¿Y si no hubieras sido periodista qué habrías sido?

Siempre tuve claro que quería dedicarme al mundo de la comunicación. Mi padre (neurólogo) me hablaba de la ingeniería genética y mi madre (música e historiadora) de la política internacional. Pero siempre supe que lo mío era esto. Y sé que es a lo que me voy a dedicar siempre de una manera u otra.

 

Tu etapa de presentadora de radio y televisión, ¿cómo te ha marcado?

Tanto que no descarto volver pronto. Nunca he sentido que forme parte de mi pasado. Actualmente llevo cinco años presentando eventos híbridos (largos y en directo) muy dispares que son como mis pequeños programas de televisión.

Es cierto que empecé muy joven -con 20 años- presentando la agenda cultural de BTV mientras estudiaba la carrera de Comunicación Audiovisual. Al acabar mi trabajo final con un documental que dirigí y produje sobre la Esclerosis Múltiple a través del arte tuve el honor de ser galardonada con el Premio Planeta D (documentales) y me iba a ir a Londres para seguir con mi formación. Pero en ese momento ya me había presentado al casting maratoniano de presentadora del Canal Operación Triunfo y tuve la suerte de ser la escogida.

Allí ya arrancaron 20 años de televisión frenética y apasionante: OT, Música Uno, Rock in Rio, Eurovisión, galas, especiales, MotoGP dando la vuelta al mundo durante casi 4 años (RTVE), Hollywood Boulevard (Sony TV), el tenis (Canal+), El Diario, Espejo Público (sustituciones), el bloque de deportes de las noticias de las 3 de Antena3 durante 4 años, Objetivo Bienestar, El día que cambió mi vida, El Estirón, Splash (Atresmedia), etcétera. La tele es mi vida, mi medio, y uno de mis grandes motores y amores. 

¿Te acuerdas de la primera entrevista que realizaste?

Wow. ¿La primera? Espera que rebobino que ya hace muchos años de eso… Creo que fue a David Bustamante. Eran las 12 de la noche y empezábamos a hacer pruebas con un “programa piloto” en el mini plató que teníamos del Canal OT. Luego nos fuimos todos a tomar algo.

He tenido el honor y placer de poder “charlar” con grandes referentes, nacionales e internacionales, del mundo del deporte, la música, el cine, la ciencia, la cultura, la economía, etcétera.

¿Qué es para ti la fama? ¿y el éxito?

Nunca me he dedicado a esto para que se me conozca. Soy la cara visible de un gran trabajo de equipo.

Para mí el éxito es poder dedicarme a lo que me gusta, disfrutarlo, vivir de ello, rodearme de un maravilloso equipo profesional…

Hoy en día el término fama se ha visto muy distorsionado y, aunque creo que siempre hay hueco para casi todo, no comulgo mucho con la “fama” de ahora. Considero que el éxito y/o la fama viene de trabajar duro, esforzarse, caerse, levantarse, aprender, escuchar, observar, crecer, avanzar, y poder mantenerse en lo que uno ama con ilusión y pasión.

 

Si echaras la vista atrás, ¿cuál era tu sueño a los 18 años?

Sin duda el de ser madre y, definitivamente, es lo mejor que me ha pasado y que me pasará jamás. Leo me complementa y me hace la mujer más feliz del mundo. Hacemos un gran equipo.

¿Y ahora?

Ahora sólo pido salud cuando soplo las velas. Para los míos y para mí. Y para el planeta, en general. Un poco de bonanza, coherencia, paz y calma, también.

¿Qué palabra emplearías para describir cómo has llegado a ser quién eres?

Constancia y esfuerzo. Esfuerzo y constancia. Son dos palabras; lo siento.

Hay una palabra sobre ti que se repite mucho: “profesionalidad”. ¿Qué significa para ti?

Muchas gracias. Es todo un halago. Creo que es el mejor piropo que puedo recibir sobre mi trabajo/carrera e, incluso, mi forma de ser. Mis padres siempre nos educaron desde los valores del esfuerzo, el trabajo, la constancia, la actitud y la pasión. Siempre me lo preparo mucho todo y procuro dar el 120%. Y disfrutarlo, claro. Es lo mínimo teniendo en cuenta que somos muchxs los que nos lo curramos y es mi forma de devolver la confianza (al cliente/al espectador) que han depositado en mi trabajo: en mí. Algo que intento trasladarle, desde la humildad, a mi pequeño de casi 7 años.

En cuanto a la profesionalidad… ¿se aprende?

Obvio. La vida es una escuela y el oficio, también. Aprendes a potenciar tus virtudes, a pulir los defectos, a evitar los errores, a tener paciencia y respeto, a trabajar en equipo, bebes de los que admiras, escuchas, observas, pero, sobre todo, para mi cada evento o cada programa de televisión es algo nuevo que requiere implicación, pasión, esfuerzo y trabajo.

¿Has tenido que superar muchos techos de vidrio en tu carrera profesional por ser mujer?

Pues honestamente no me he dado cuenta si así ha sido. Siempre enfrascada en intentar hacer mi trabajo lo mejor posible. Es cierto que haciendo lo que más me gusta (durante casi 4 años) formaba parte de un mundo muy masculino. Me refiero a presentar las motos (MotoGP en RTVE). Pero siempre tuve claro que el espectador (ella o él) merecían que yo me preparase y me lo supiera todo. La familia del paddock me respetó desde el primer segundo en el que vieron que estaba implicadísima en lo que hacía (sexos, aparte). Me pasó lo mismo con el tenis, por ejemplo.

Cuando fui madre decidí volcarme en el mundo de los eventos (que son como mis pequeños y diversos programas de televisión) para poder gestionarme mis tiempos y poder pasar mucho tiempo de calidad con Leo. He tenido la suerte de poder “elegir” aunque es cierto que hago malabares para pasar mucho tiempo con mi hijo y estar, también, muy volcada en mi trabajo. Para poder conciliar y disfrutar de mis dos facetas: la de madre y la de periodista/comunicadora.

 

En la vida hay que tomar decisiones, ¿trasladarse a vivir a Madrid es la decisión más importante que has tomado en tu vida?

No. No fue una opción. Si quería presentar Música Uno en RTVE tenía que ser aquí. Y fue genial. Igual que todo lo que mi carrera me ha ido deparando y aportando. Llevo 22 años en esta maravillosa ciudad adoptiva -donde también ha nacido mi hijo-. Soy de Barcelona (adoro Barna) y ahora también, de aquí. Quizás la decisión más compleja fue la de separarme; pero no me gusta poner el foco en mi vida privada/personal.

Tú que vienes de Barcelona, ¿qué es lo que más te gusta de Madrid?

Madrid te hace sentir parte de ella desde el primer segundo. “Si vienes a Madrid eres de Madrid”, dicen. Me gusta su oferta cultural, sus barrios, su vida social, su c(alma)…

Nos consta que eres una enamorada de la decoración y del interiorismo, ¿cómo definirías el estilo de tu hogar?

Lo soy y tengo claro que el espacio donde vivimos nos tiene que hacer felices. No hay interiorismo sin una concepción artística del espacio. Es un arte que respeto y admiro.

Me gustan los tonos neutros y los materiales naturales. Nuestro hogar está lleno de energía y calidez gracias, en parte, a vuestro interiorismo. He apostado -como Pilma- por la atemporalidad contemporánea y la durabilidad. Es natural, desenfadado, acogedor, minimalista. Me gusta que nuestro hogar tenga sensación de frescura, limpieza, amplitud, armonía, serenidad, sencillez, luminosidad. Y luego “la chispa” la ponemos nosotros dos con nuestras cosas más personales y nuestras vivencias. Somos felices en este hogar que hemos creado.

¿Qué te inspira a la hora de decorar?

Mi personalidad y la de mi hijo, sobre todo. La calma. El Mediterráneo. Los olores, la luz, la limpieza, la música que escuchamos. Entramos en casa y la sentimos “muy nuestra”. Además, es una decoración sencilla -sin estridencias- que invita a poder ir añadiendo o cambiando detalles, de vez en cuando. Libros, colores, fotos, cuadros, y mucha luz.

¿Podrías destacar un mueble de tu casa?

Tantos. Cada uno está pensado por su diseño y funcionalidad. Mi favorito, sin duda son las dos estanterías, Epure de roble chapado y resina de cemento. Están repletas de libros. También “el rincón de pensar, de leer, de estudiar”. La butaca Kenia, la lámpara Denver, un espejo de teca, una planta, el cuadro de Los Amantes del Círculo Polar y más libros. Esta vez uno encima del otro; en el suelo. Junto al rincón, dos cuadros de Leo de cuándo tenía 3 años y medio y estábamos confinados. Me fascinan.

¿Qué es para ti Pilma?

Para mi Pilma es diseño, es atemporalidad contemporánea, durabilidad estética, funcionalidad. Es una empresa familiar cuyos orígenes se remontan a 1929. Tiene una larga historia. Además, todas las personas que he conocido de la “familia Pilma” -en especial Roger y Laura- me han tratado con muchísima profesionalidad y cariño.

¿Qué crees que va a aportar Pilma a Madrid?

Algo totalmente nuevo. Fresco. Elegante. Sobriedad y elegancia. El “disseny” en una tienda de más de mil metros cuadrados en el barrio de Salamanca (C/ Velázquez 23). Una tienda de obligada visita para los amantes de las cosas bien hechas. Para mi sois un referente. Aquí hay gente que os conocía -y otros que no- y sólo he oído comentarios muy positivos. ¡Y no me extraña! Creo que habéis aterrizado en Madrid para que se os admire, valore y quiera y ya no os movéis de aquí, seguro…

Vídeo: JM Sacedo

Pilma Madrid, Velázquez 23