NUESTRO EQUIPO DE INTERIORISTAS

¿Qué es lo que más te gusta de Barcelona?
Lo que más me gusta de Barcelona es el tiempo, la comida, la cantidad de paisajes diferentes y el entretenimiento constante. Habiendo vivido fuera muchos años, he aprendido a valorar más si cabe lo maravillosa que es esta ciudad.

A nivel arquitectónico/social diría que es la diversidad de estilos, culturas y ambientes que coexisten sobre su estructura ordenada y con tanto carácter; construida en base la combinación del modernismo de Gaudí y el plan Cerdà.

¿Cómo es el carácter barcelonés?
El carácter barcelonés es introvertido, discreto e inquieto, diría también cauto a veces.

¿Por qué decidiste estudiar interiorismo?
Estudié interiorismo porque des de bien pequeña me ha interesado mucho la relación entre persona y espacio. Siempre he considerado que la distribución, los acabados y la luz son super importantes a la hora de hacerte sentir de una forma u otra en un espacio.

¿Cuáles son tus fuentes de inspiración?
Mi inspiración es una mezcla entre los grandes arquitectos y diseñadores como: Enric Miralles, Sandra Tarruella, Mesura, Miquel Milà, Sou Fuijimoto, Tadao Ando…, pero también la naturaleza y los viajes: con sus formas, luces, materiales y colores, o incluso en los ejercicios de introspección como el Yoga o Pilates, donde al final el objetivo es el mismo; buscar el equilibrio, el bienestar no tanto físico sino mental.

¿Cómo definirías tu estilo?
Mi estilo está muy alineado con el de Pilma; es orgánico y natural, atemporal y al mismo tiempo funcional. También intento introducir una pincelada de actualidad, y tengo en cuenta la personalidad de cada cliente. Aunque me mantengo fiel a la neutralidad y suavidad que me define.

¿Por dónde se empieza a diseñar un espacio?
Yo creo que un espacio debería siempre empezar a diseñarse con el análisis del “target”, es decir; entendiendo las necesidades de la persona que vaya a vivir o a utilizarlo. A partir de allí, introducir sutilmente estos elementos generando una atmosfera con coherencia y siguiendo tu filosofía y criterio como profesional. La idea es crear un ambiente que funcione para siempre, que no canse, pero al mismo tiempo que tenga el acento personal de cada uno.

¿Cómo es el cliente de Pilma Interiors? ¿Qué te suelen pedir?
El cliente de Pilma, es un perfil que ya sabe a dónde viene, con lo cual entienden un poco que se van a encontrar. Por suerte mía, eso hace que sean bastante confiados, y por lo tanto me permite dejar volar la imaginación y presentarles ideas que, con mayor o menor medida, encajan rápidamente.

Generalmente los proyectos son de viviendas particulares, y aunque acostumbran a alinearse bastante con mi estilo, también hay clientes, sobre todo extranjeros, que suponen retos para mí. Y eso, lejos de hacerme sentir incomoda, me divierte y hace que salga de mi zona de confort.

Por otro lado también tenemos proyectos comerciales, oficinas… y aunque son menos comunes, los tenemos. Con estos, en ocasiones hemos tenido que coordinarnos con sus entidades corporativas o con estándares de empresa.

¿Qué tienen en común los proyectos que salen del departamento?
Que todos tienen un mismo fin; hacer que el cliente final se sienta lo más a gusto posible.

Por otro lado, diría que dentro de que todos siguen el mismo estilo conductor, cada uno de ellos está adaptado tanto a la voluntad como el carácter del cliente.

Si se tuviera que definir el estilo de Pilma en una frase, ¿Cuál sería?
Más que con una frase lo definiría en tres palabras; atemporal, polifacético y sobrio.

¿Cuál es tu objeto favorito de Pilma?
Esta pregunta es la que más me ha costado responder, porque creo que todo depende del contexto, pero si tuviera que elegir un objeto favorito sería el sofá BERLIN. Y diría que este por muchas razones, pero principalmente porque define lo que es para mi un producto de diseño; la combinación entre lo estético y lo funcional. Además, es un artículo muy camaleónico, ya que se adapta muy bien a muchos estilos por la versatilidad de su estructura y acabados. También por su practicidad.